Y llegué con vida a este momento esperando prontamente que llegue el 2024 con todos sus inciertos. El paso por el 2023 no fue fácil, de hecho fue muy turbio y complicado pero eso fue la señal de que la pesadilla estaba por terminar.
Después de 3 años de lucha entendiendo a las malas que no estamos aquí para salvar gente, que realmente estamos aqui para vivir nuestra vida e incluso salvarnos en caso de que nos perdamos a nosotros mismos, entendí y logré salir de todo eso que me extinguía y le robaba tiempo a mi existencia. Ahora todo se mira desde otra perspectiva porque volví a tomar el control de mi vida y ha sido tan gratificante y aunque a veces siento un poco de miedo, me convenzo a mi misma de que esta bien a veces tener miedo a lo que venga, pero sí no es normal estar envuelta en constante pánico y estrés de que en cualquier momento ocurriese algo terrible. Sólo hace algunos meses el terror lo acepté y lo transformé en valentía y fue lo que me llevó a defenderme y decir basta a la pesadilla que vivía, lo hice por mi hijas y por mí porque ya tenemos suficiente con que la vida no ha sido la misma desde la pandemia en 2020 para también tolerar situaciones que acababan con nuestras vidas.
Ya hoy puedo decir que cada quien a lo suyo propio y a reconstruirse a su manera, yo lo estoy haciendo poco a poco, a mi ritmo y sin estropearle la vida a nadie porque soy madre de dos niñas que necesitan aprender amor propio y respesto para luego saber como vivir sus vidas sin autodestruirse ni destruir vidas ajenas. Si buscamos un propósito entonces que sea ver, sentir, oler y acariciar el mundo con sus buenas y malas y si queremos hacer algo más y dejar huellas, que sean de bien y no de malos recuerdos para la posteridad.
No me arrepiento de lo vivido, porque del dolor se sacan lecciones para vivir mejor, autoapreciarnos y valorar ese tiempo que nunca para, nunca se detiene por nadie y que al final aceptemos que no somos infinitos físicamente.
Aquí vamos con todas al 2024 con sueños por cumplir porque nunca es tarde porque aunque los días tal vez pudiesen ser menos, eso es lo que le da sabor a la vida.